_CONTEXTO
Nos encontramos en Nazaret, un barrio periférico de Valencia, que se ha visto desplazado a la condición de satélite por una serie de maltratos consecutivos en su cuidado y administración. Rodeado de artefactos (todas las instalaciones portuarias, el muro que todo lo divide y no deja ver, la Ciudad de las Artes y las Ciencias...) se ha aislado de su entorno y no forma parte de la ciudad. A todo esto se añade la situación socio-económica general del barrio, necesitada de una revitalización.
Ante esta situación, la intervención pretende reivindicar la dignidad del barrio, dotándolo de una plaza que lo estructure desde el centro, con una serie de equipamientos que creen un punto de actividad constante (guardería, iglesia evangelista, centro de día Rafa Nadal, zona de juegos, y el propio centro cívico). Establecer un diálogo intenso -y tenso, si es necesario- con el contexto, buscando un carácter del proyecto que destaque, no se pretende poner una venda, sino dar algo propio.

_ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN
La calle y la plaza, estas son las 2 claves urbanísticas. Continuación de la Calle Ifach y la Calle Río Odel, siguiendo el trazado histórico y permitiendo un recorrido peatonal a través de este nuevo centro de actividad. A su vez, se genera una plaza desviando la circulación rodada hacia el sur, permitiendo una peatonalización del resto de accesos, creando un boulevard para pasear o para albergar eventos itinerantes como mercadillos o exposiciones al aire libre. Su urbanización de carácter simple busca la libre ocupación por los habitantes, que se apropien de el espacio público sin verse obligados por este a una manera concreta de utilización.
Con estas claves, el proyecto busca la integración mediante la prolongación de la calle a través de su interior, y la conexión visual con la nueva plaza (miradas interiores). Dos centros de atención, con dos tratamientos distintos que siguen la misma filosofía, que siempre hayan vistas, en la casa del pueblo siempre hay alguien.

_DE LO ÍNTIMO A LO COLECTIVO
Se entremezcla un centro cívico, con programa difuso, y unas viviendas temporales de carácter público (ya preexistentes, siendo abrazadas por la nueva intervención para mantener su uso). Esto lleva a la reflexión de qué compartir, y cuándo.
El proyecto da respuesta polarizando los usos, dándole a cada uno un en- torno adecuado, induciendo a compartir siempre que sea posible, pero no obligando a ello. Los ocupantes de las viviendas comparten en varios niveles, con sus vecinos, y con los visitantes. Con los primeros, se produce una dispersión de la vivienda, apareciendo un comedor colectivo, una sala de estar compartida, almacenaje, lavandería y terrazas, todo disgregado de la célula habitacional y de libre ocupación. El segundo nivel llega con espacios de necesidad pública como la biblioteca, conectando en estos casos las viviendas y el centro cívico, liberando las habitaciones de estas necesidades espaciales, aumentando así el espacio íntimo.