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  • Foto del escritorValentina Modano

El barrio


En cuanto a la primera fase de investigación para el ejercicio recurrimos a libros, artículos de periódicos - un poco alarmantes - y hasta discusiones por facebook. Entre todo lo encontrado, vamos a mencionar un trabajo de investigación -muy valioso- realizado por el arquitecto Aitor Varea Oro, titulado “La arquitectura del territorrio. Los entramados sociales como herramienta de proyecto.”


Queremos destacar específicamente los capítulos 5 y 6: “El barrio de El Cabanyal en Valencia. La construcción colectiva de una identidad”, y “Nuevas articulaciones fuera de las ideas dominantes. El “barrio de El Clot” en El Cabanyal.” respectivamente.



Comparto la información porque resume muy bien el contexto histórico y todos los sucesos que han ocurrido que nos permite entender la situación actual en el barrio de El Cabanyal, y para nuestro mayor interés, pone una mirada directa al lugar que ha sido abandonado por la ciudad desde hace décadas: el antiguo barrio del Clot, donde se sitúa el bloque de Portuarios, y en el que se basa nuestro proyecto. Por lo tanto, nos parece indispensable su lectura.


Es un trabajo que ofrece reflexiones, datos e información muy interesante, que explican cuál es el problema y sobre todo, de dónde proviene. Puede entenderse que se ha realizado gracias a un complejo y sensible trabajo de campo, de acercarse al sitio y conversar con las personas, de conocer sus realidades y las condiciones de vida en que la que se encuentran.


También es importante destacar que las conclusiones que presenta están hechas bajo la mirada de un arquitecto. En pocas palabras, nos viene fenomenal haber encontrado este trabajo, que a pesar de no hablar directamente sobre arquitectura, nos permite ampliar la mirada y reflexionar sobre muchísimas cosas que acompañan nuestra disciplina, y que normalmente otro proyecto tal vez no nos daría la oportunidad de hacer.



Aitor Varea en el vídeo: Portuaris. Una breu història del Clot



Comparto la última parte del capítulo 6:


“Este extremo no solo permite respaldar la lucha de los vecinos mediante un nuevo elemento legitimador, sino que además aporta una complejidad al debate sobre la vivienda que estaba ausente en las formulaciones vertidas desde el campo de la arquitectura: al poner el acento sobre la permanencia del habitante en vez de sobre la remodelación del edificio, se abre la posibilidad de estudiar las soluciones a la vivienda caso a caso (y no exclusivamente desde el punto de vista físico), permitiendo que sean los propios vecinos los que decidan, en tiempo y forma, cuales son las reformas que el bloque y su estructura social son capaces de asumir. Una cuestión que si bien quita protagonismo al arquitecto, tal vez permita aportar una nueva dimensión al proyecto de arquitectura y a los criterios que contribuyen a valorarlo profesional y socialmente: ¿será la elección, habitualmente ofrecida por las administraciones, entre el todo (la recuperación integra del edificio) o la nada (la inmovilidad), una elección engañosa, que en el fondo (tal y como señalan los vecinos) esconde un proceso transformador del cual no todos se pueden beneficiar?


Lo que nos permite obtener tres conclusiones:


- Por un lado, que el espacio urbano degradado es entendido por las familias excluidas como un recurso de habitabilidad básica que disputan a otros colectivos desfavorecidos. En este sentido, la mejora del entorno físico no constituye de ninguna de las maneras una de las aspiraciones prioritarias: más bien al contrario, las mejoras no se desean o, si se desean, se desean clandestinas. En otras palabras: existe un lamento sobre las condiciones residenciales, pero ese lamento no está orientado a obtener mejoras, sino más bien a legitimar la situación de ocupación de un patrimonio valorable.

- Por otro lado, hay que destacar que la cuestión de la vivienda parece tener menos relevancia que aquella que se le otorga desde las áreas técnicas. En efecto, se trata de una cuestión necesaria, pero no suficiente para mejorar las condiciones de vida de la población pobre. No se trata tanto de tener una vivienda, cuanto de que esa vivienda participe de unas estructuras de habitación que van más allá del mero alojamiento. Entre las dimensiones que no parece abarcar la mera resolución técnica de la vivienda, hay una que parece fundamental y que si resuelven, a su modo, las estrategias de supervivencia de estos colectivos: la conformación de estructuras socio- económicas propicias.

Finalmente, que determinadas cuestiones no parecen tener solución desde dentro de los paradigmas académicos dominantes. Parece evidente que desde una articulación ciudadana ha empezado a solicitarse a las instituciones que reconozcan lo que ya es una realidad a pie de calle. Y parece que incluso el Ayuntamiento de Valencia, al paralizar los desalojos en el bloque portuarios, entendió que la propiedad privada pasaba a un segundo plano de relevancia cuando se confrontaba con la situación social del barrio. ¿Es este extremo, desde la puesta en causa de la urgencia de un proyecto de arquitectura hasta el cuestionamiento de su formulación habitual, pasando por la suspensión de la legalidad vigente, una situación asumible desde los paradigmas académicos que actualmente sustentan políticas públicas como por ejemplo las de vivienda?”






Todo esto nos dirige a la siguiente reflexión: es necesario aclarar que para realizar este proyecto asumimos de partida el caso hipotético de que nuestra intervención arquitectónica tendría que venir acompañada - imprescindiblemente - de un plan social consolidado que resuelva la estructura socio-económica y cultural de sus habitantes, para así garantizar una convivencia pacífica y un proyecto exitoso. Es decir, un buen proyecto de arquitectura siempre estará rodeado de otras disciplinas que ayudan a consolidarlo, y de la misma manera, un proyecto -del que sea- necesitará de una buena arquitectura para que funcione. Todo tiene que ir de la mano.


Es complicado saber hasta que punto nuestras consideraciones sociales se pueden transforman en soluciones arquitectónicas. ¿es posible que un proyecto de viviendas, para una sociedad con buena estabilidad socio-económica, pueda fracasar por su mal diseño arquitectónico? ¿o una sociedad con inestabilidad socio-económica, podría rescatarse con un proyecto arquitectónico muy bien planteado? creo que si, y si.

A partir de aquí, ya por fin entendiendo dónde nos ubicamos y la memoria que permanece en las calles del Clot y su gente, cerramos la - dramática - fase de análisis de contexto que nos servirá de base para arrancar. Lógicamente nos centraremos en resolver lo que nos corresponde como estudiantes de arquitectura e intentaremos hacerlo de la mejor manera posible - seguramente con muchos atropellos durante el camino que no dejarán de ser divertidos, o dolorosos -


Pd: En dónde nos han metido… “reir para no llorar”.

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